Control de Aves.
Las aves urbanas podrían considerarse como animales de compañía, especialmente para niños, gente mayor y personas que se sienten solas. Es común que la gente encuentre placer en observarlas y alimentarlas. Sin embargo, algunas especies se congregan en concentraciones demasiado elevadas y pueden producir excrementos que dañan los edificios y los vehículos, y pueden ser ruidosas, dañar la vegetación urbana y causar daños con sus excrementos.
La mayoría de problemas sanitarios causados por las aves silvestres están asociados con las palomas bravías de las ciudades, las gaviotas, los estorninos, las tórtolas, los gorriones y recientemente también las cotorras.
La Paloma Bravía (Columba livia) en estado salvaje, se ubica preferentemente en acantilados rocosos del litoral costero. Por analogía estructural, la paloma urbana se encuentra en las disposiciones arquitectónicas de muchos edificios, que le facilita la anidación y descanso. Ello unido a la falta de depredadores naturales que controlen su número y a una variada oferta alimenticia explica en parte su proliferación.
Las palomas, utilizan diversas áreas del entorno urbano para realizar sus actividad biológicas. podemos distinguir:
Áreas altas: son lugares tranquilos y resguardados que usan para dormir o anidar. Como método de protección suelen utilizarse las redes.
Áreas medias: por ejemplo cornisas de edificios, que utilizan durante el día y retornan con frecuencia. El sistema de púas es un método de protección adecuado
Áreas bajas: son lugares de paso y de fácil protección.
Se han registrado al menos 800 casos de transmisiones de patógenos de las palomas a las personas, tales como el virus del Nilo occidental, ornitosis, encefalitis de San Luis o enfermedad de Lyme. Los patógenos relacionados con las aves pueden ser transmitidos por inhalacion, ingestión, y/o contacto directo con las aves o insectos que se alimentan de sangre, como los mosquitos y las garrapatas. La capacidad que tienen algunos hongos patogénicos y bacterias de crecer en los excrementos y nidos de las aves podría suponer un peligro para la salud pública en grandes dormideros comunes o grandes colonias de anidación en áreas urbanas y suburbanas.
Zonas con altas densidades de palomas y acumulación de excrementos, suponen un peligro para la salud pública por la transmisión de patógenos, como el hongo Histoplasma capsulatum, que prolifera en los excrementos secos y cuyas esporas al ser inhaladas por las personas durante la limpieza de las superficies, les produce una enfermedad respiratoria, histoplasmosis, con un cuadro parecido al de una neumonía con fiebre.
Los argásidos (garrapatas de cuerpo blando), originan problemas en zonas frecuentadas por palomas u otras colonias de aves. En los palomares y lugares donde crían, se acumulan estas garrapatas al disponer de una fuente continuada de alimento y de refugio. Si clausuramos un palomar o impedimos el acceso de las aves a sus zonas de cría o de dormideros, no es raro encontrarlas al cabo de un tiempo en los materiales del nido o en las grietas, invadiendo las viviendas más próximas y picando a las personas que las habitan.
PREVENCIÓN Y CONTROL DE PALOMAS EN AMBIENTES URBANOS |
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